Paul Williams, el músico del Paraíso

Cuando a veces comento que Paul Williams es uno de los compositores de canciones para películas que más me gustan, el interlocutor siempre se confunde con el archifamoso John Williams, del que no tiene ningún parentesco. Y es que Paul Williams es un ilustre desconocido por la mayoría de la gente. Desde aquí quiero reivindicar su sitio en el olimpo de los músicos de cine.

La fama que le falta en nuestro país, le sobra en Estados Unidos, lugar del que es natural, concretamente de Omaha en Nebraska, donde nació en 1940. No es un chaval precisamente. De aspecto extraño, aniñado, bajito, casi enano, este señor de pelo rubio ha obrado de actor, escritor, compositor, músico, cantante… Todo un showman. Tampoco hay en su haber muchos discos propios, apenas una docena. Canciones tranquilas, intimistas, para escuchar en soledad o en la tranquilidad del hogar propio. Sin sobresaltos. Canciones pegadizas, rebosantes de poesía. «We’ve Only Just Begun«,»Old Fashioned Love Song», o«You and Me Against the World» son buenos ejemplos.

por algo Paul Williams ha compuesto canciones para las mejores voces del mundo: Frank Sinatra y Barbra Streissand entre otros han interpretado sus composiciones. Además, la sintonía de «Love boat», Vacaciones en el mar es suya.

El camino a la estabilidad del músico no fue un lecho de rosas. Habitual de fiestas y excesos, tonteó con el alcohol y las drogas durante una época, que le llevaron al límite. Con su esfuerzo personal pudo reponerse y dedicarse de lleno a la música.

El reconocimiento mundial le llegó en su faceta de compositor para películas. Al principio eran sus canciones y su voz las que hicieron acto de presencia. En Permiso para amar hasta medianoche (Cinderella Liberty, 1973) de Mark Rydell suena You’re So Nice To Be Around que al poco amenizaría la 46 Ceremonia de los Oscar. Nuevos temas asomaban en Un botín de 500.000 dólares (Thunderbolt and Lightfoot, 1974) de Michael Cimino y Como plaga de Langosta (The day of the locust, 1975) de John Schlesinger. Y entre estas dos, su obra maestra, una de las mejores películas de Brian DePalma, la fascinante El fantasma del paraíso (Phantom of the Paradise, 1974). Un ultrajado y desfigurado músico hace un pacto con el diablo para que la mujer a la que ama interprete su creación, que es manipulada en contra de su voluntad por una despiadada compañía de discos. Adoptará la identidad de El Fantasma para sabotear el concierto inaugural en El Paraíso. Un puñado de canciones a cual mejor, y una estética de las que perduran en el imaginario cinéfilo, destacan sobre otros elementos. Pero la película es un clásico de culto y en buena medida esto se debe al papel interpretado por el polifacético artista. Es Swan, el malo de la función. Un tipo maquiavélico y despiadado. Una caracterización sorprendete y adecuada, que hasta produce escalofríos.

El de la película de DePalma fue su papel cinematográfico más destacado, pero no el único ni el primero. Antes de apropiarse del rol de diablo, había aparecido caracterizado como el simio Dr. Virgil en la floja La Conquista del planeta de los simios (Battle for the planet of the apes, 1970) de J. Lee Thompson o el Seymour de La Jauría humana (The Chase, 1966) de Arthur Penn, entre otras. Posteriormente aparecería en las dos partes de Los caraduras ( Smokey and the Bandit, 1977 ) haciendo el papel de Little Enos Burdette, hijo de Big Enos Burdette, ambos vaqueros impertinentes , y en Los Muppets: La película (The Muppet movie, 1979), dirigida por James Frawley, como el pianista Sleezo, amén de componer su banda sonora. Quizás la más popular es su breve aparición como Andy Warhol en The Doors (1991) de Oliver Stone, y ya en la tele, su papel en Vacaciones en el mar (sólo 2 episodios), o en Babylon 5 (1 episodio).

Lo cierto es que ha realizado cameos, por llamarlos de alguna manera, en varios subproductos tanto del cine como de la televisión, y ese es uno de sus defectos, no haber sabido escoger los papeles, pues películas como Princesa por sorpresa 2 lo único que hacen es deslucir su nombre, en lugar de mitificarlo.

Otra banda sonora para la historia es la creada para el debut cinematográfico de Alan Parker, Bugsy Malone, nieto de Al Capone (Bugsy Malone, 1976), un musical protagonizado enteramente por niños con una jovencísima jodie Foster sobresaliente. Nuevamente canciones pegadizas, lo mejor de la película.

Paul Williams nunca ha dejado de trabajar, y su tema «Love Boat» no para de sonar en decenas de películas. Un gran artista, casi diría que un genio infravalorado, que merece una severa revisión de su obra. Escuchar su música es como estar en el Paraíso.

Su ficha en IMDB.

El tema Love Boat en Youtube.

Phantom of paradise en Youtube.

Bugsy Malone en Youtube.

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1 comentario

  1. simplente un genio de la musica y artista completanente maravilloso que admiro con orgullo y envidia grande paul williams

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