Boris Karloff es uno de esos actores que con su mera presencia engrandecen una pelÃcula. De los que eclipsan al resto del reparto. Este actor inglés se curtió en el teatro antes de saltar al cine, y una vez allÃ, se asomó en más de medio centenar de pelÃculas mudas.
Karloff se hizo grande en la Universal dando vida a la creación del doctor Frankenstein, pero antes de eso habÃa pisado el suelo de diferentes «majors» del Hollywood dorado: Columbia, United Artist, RKO o Warner.
En ese baile de compañÃas, Karloff se codeó con estrellas del momento como John Barrymore, Edward G. Robinson o James Cagney.
Sin acreditar, karloff hizo una aparición breve pero intensa, en Smart Money, dirigida en 1931 por Alfred E. Green. Los dos duros del cine antes mencionados, Edward y James, protagonizan esta curiosa pelÃcula. Edward G. Robinson encarna a un tipo con mucha suerte en el juego que decide salir del su pueblo y probar fortuna en la ciudad. Allà será timado pro un profesional, pero pronto escalará puestos en el mundo del hampa y se tomará su venganza.
Karloff aparece casi al principio de la pelÃcula, en una escena inolvidable. Pide poder jugar en una timba montada por Robinson y compañÃa. Pero a la hora de apostar, deja un billete pegado con celo que es exactamente el mismo que hacÃa unas horas habÃa dado el protagonista a una de sus «mantenidas». Con el cabreo consiguiente, echa de malas maneras a Karloff del juego, humillándolo. Cagney pregunta a Robinson por qué ha expulsado al tipo asÃ, y entonces, para disimular, le dice que porque no le gustaba como llevaba puesto el sombrero. Una escena genial.
Una año después Karloff volverÃa a visitar el hampa en «Scarface», el inolvidable clásico de Howard Hawks. También se juntarÃa de nuevo a Robinson en Sed de escándalo (Five star FInal, 1931) de Mervyn LeRoy.
Otra aparición sin acreditar, la que nos ofreció en De bote en bote (Pardon us, 1931) de James Parrott, junto a las leyendas de la comedia clásica Stan Laurel y Oliver Hardy. En la época de la prohibición, Stan intenta vender alcohol (un potingue hecho por él mismo) a un policÃa, y acaba entre rejas, junto a Oliver, su amigo del alma. Allà dentro intentarán escapar con El Tigre, un preso de los de cuidado.
Lo curioso de esta producción, es que la foto de rodaje en la que Karloff amenaza al Gordo y el Flaco pertenece a la versión francesa de la pelÃcula, no a la americana. Esto es asà porque, debido a la dificultad de los doblajes en los primeros años del sonoro, algunos filmes se rodaban en varios idiomas. Laurel y Hardy hicieron sus versiones en castellano y francés de muchos de sus cortos, y concretamente en De bote en bote, la versión francesa con el cameo extraordinario de Karloff (¡hablando perfecto francés!).
Tanto antes como después del éxito del actor y su reconocimiento mundial, las pelÃculas menores (por llamarlas de alguna manera) han ido rellenando la filmografÃa de este prolÃfico y genial actor inglés. Es una pena que muchas de sus pelÃculas, al perderse los negativos, quedarán el el limbo cinematográfico.
Se llama EDWARD G.ROBINSON no EDGAR,saludos
Un lapsus que arreglo ipso facto. Saludos.